
De cara a una nueva contienda electoral, la Unión Cívica Radical (UCR) tiene hoy una oportunidad histórica: convertirse en la alternativa transformadora y moderna que la Argentina necesita. Lejos de los populismos—sean de derecha o de izquierda—que representan dos caras de una misma moneda, el radicalismo puede y debe ofrecer un camino distinto. Como presidenta de la Juventud Radical en la provincia de Buenos Aires, me toca conducir en un escenario profundamente adverso. Vivimos una etapa donde la política parece derechizarse incluso más que la propia sociedad.